En Semana Santa cuidemos nuestra privacidad
Puede parecer un tópico que se repite cada vez que hay un periodo de vacaciones, como el que muchos estamos a punto de comenzar o algunos ya se encuentran disfrutando desde hace días. Desde los medios de comunicación, agentes de la Policía o de la Guardia Civil, no se cansan de recordarnos la importancia de no mencionar en las redes sociales que nos vamos de vacaciones y vamos a estar ausentes en nuestro domicilio para así evitar robos mientras nuestra vivienda se encuentre vacía.
El mensaje es claro y la idea es buena, pero, admitámoslo, a todos nos gusta publicar los sitios en los que vamos a pasar unos merecidos días de descanso. Es más, una de las principales finalidades por las cuales la gente se crea un perfil en una red social es compartir las experiencias vividas con sus amigos y la inmediatez con la que se comparten también influye. Sí, podemos esperar a volver de vacaciones para subir todas las fotos que hemos tomado, pero entonces perdería ese “encanto” de ir actualizando nuestro estado casi en tiempo real para mostrar a nuestras amistades lo bien que lo estamos pasando.
Entonces, si asumimos que estas recomendaciones típicas de no publicar a dónde y cuándo vamos a irnos de vacaciones van a caer en saco roto la mayoría de las veces, ¿qué otros consejos se pueden ofrecer para evitar que nuestro domicilio reciba la visita de los amantes de lo ajeno? La respuesta es más sencilla de lo que muchos creen y todo pasa por aplicar una política de privacidad efectiva en las redes sociales a las que estemos subscritos.
Para empezar, si solo agregamos a amigos que conocemos en persona, ¿por qué publicamos la dirección de nuestra vivienda o nuestro número de móvil? ¿No se supone que nuestras amistades ya deberían conocer esos datos? En el caso de que tengamos agregados a conocidos más que amigos, sigue siendo innecesario que añadamos esos datos. Si quieren averiguar esos datos, será mucho mejor que nos los pregunten por correo electrónico y nosotros decidamos si queremos proporcionárselos a alguien fuera de nuestro círculo de confianza en lugar de hacerlos públicos en una red social.
Este tema, el de los “conocidos más que amigos” en las redes sociales es algo muy frecuente, sobre todo cuando se crea un nuevo perfil. Queremos tener cuantos más contactos mejor y muchas veces agregamos a personas que apenas conocemos solo por ver incrementado el contador de amigos. Algunos usuarios recapacitan a posteriori y, pasada la euforia inicial, hacen limpieza y se quedan solamente con los contactos más allegados, pero hay otros que siguen manteniendo contactos prácticamente desconocidos, con los que, probablemente, no sea buena idea compartir según qué información.
Una manera de organizar con quién compartimos la información que publicamos en las redes sociales es mediante la creación de grupos o círculos de amistades, de forma que nosotros decidamos qué publicación va a ser vista por según qué grupo o si queremos hacerla pública. No obstante, debemos vigilar a qué contacto metemos en cada grupo, ya que de nada servirá tener muchos grupos si luego vamos añadiendo a todos los contactos en uno solo.
Todo esto tiene una finalidad, y es evitar que miradas indiscretas obtengan información privada que pueda ser utilizada en nuestra contra para, por ejemplo, y en el caso que nos ocupa, entrar a robar en una vivienda que se sabe a ciencia cierta que está vacia porque sus propietarios han indicado que se encuentran de vacaciones. Hace unos años no era raro encontrar webs que indicaban qué viviendas se encontraban vacías y durante cuánto tiempo, o que permitían averiguar el domicilio de una persona a partir de información obtenida de los perfiles de sus usuarios en redes sociales o de fotos subidas a estos.
Estas webs pretendían llamar la atención para evitar que la gente publicase alegremente información privada en Internet, pero no hace falta que existan este tipo de webs, puesto que los ladrones ya se encargan de buscar posibles casas vacías eligiendo a sus víctimas en redes sociales.
Con la publicación de las fotografías también hemos de tener especial cuidado, sobre todo desde que la mayoría de las realizadas desde dispositivos que permiten la geolocalización (móviles, tablets y algunas cámaras, principalmente) pueden aportar información adicional que quizás no es adecuado compartir. Datos como la fecha y el lugar donde se tomó una fotografía pueden poner en riesgo nuestra privacidad si no andamos con cuidado.
El simple hecho de compartir una imagen en Twitter o Facebook de nuestra casa puede desvelar su ubicación y echar por tierra todos los esfuerzos que hayamos realizado para cuidar nuestra privacidad y evitar desvelar nuestro lugar de residencia. Es por ello que se recomienda encarecidamente desactivar la geolocalización a la hora de tomar fotografías y publicarlas en redes sociales.
Si resumimos todo lo que hemos comentado hasta ahora, podremos condensarlo todo en un sencillo consejo: no proporcionemos más información de la necesaria. Esto se aplica a la información que publicamos en Facebook, Twitter, Tuenti, Google Plus o cualquier otra red social y a las fotografías que subamos a Internet. Si seguimos este sencillo consejo podremos disfrutar de unas merecidas vacaciones y además compartir esta experiencia con nuestras amistades en redes sociales sin riesgo.
Fuente: Laboratorio OnLine
El mensaje es claro y la idea es buena, pero, admitámoslo, a todos nos gusta publicar los sitios en los que vamos a pasar unos merecidos días de descanso. Es más, una de las principales finalidades por las cuales la gente se crea un perfil en una red social es compartir las experiencias vividas con sus amigos y la inmediatez con la que se comparten también influye. Sí, podemos esperar a volver de vacaciones para subir todas las fotos que hemos tomado, pero entonces perdería ese “encanto” de ir actualizando nuestro estado casi en tiempo real para mostrar a nuestras amistades lo bien que lo estamos pasando.
Entonces, si asumimos que estas recomendaciones típicas de no publicar a dónde y cuándo vamos a irnos de vacaciones van a caer en saco roto la mayoría de las veces, ¿qué otros consejos se pueden ofrecer para evitar que nuestro domicilio reciba la visita de los amantes de lo ajeno? La respuesta es más sencilla de lo que muchos creen y todo pasa por aplicar una política de privacidad efectiva en las redes sociales a las que estemos subscritos.
Para empezar, si solo agregamos a amigos que conocemos en persona, ¿por qué publicamos la dirección de nuestra vivienda o nuestro número de móvil? ¿No se supone que nuestras amistades ya deberían conocer esos datos? En el caso de que tengamos agregados a conocidos más que amigos, sigue siendo innecesario que añadamos esos datos. Si quieren averiguar esos datos, será mucho mejor que nos los pregunten por correo electrónico y nosotros decidamos si queremos proporcionárselos a alguien fuera de nuestro círculo de confianza en lugar de hacerlos públicos en una red social.
Este tema, el de los “conocidos más que amigos” en las redes sociales es algo muy frecuente, sobre todo cuando se crea un nuevo perfil. Queremos tener cuantos más contactos mejor y muchas veces agregamos a personas que apenas conocemos solo por ver incrementado el contador de amigos. Algunos usuarios recapacitan a posteriori y, pasada la euforia inicial, hacen limpieza y se quedan solamente con los contactos más allegados, pero hay otros que siguen manteniendo contactos prácticamente desconocidos, con los que, probablemente, no sea buena idea compartir según qué información.
Una manera de organizar con quién compartimos la información que publicamos en las redes sociales es mediante la creación de grupos o círculos de amistades, de forma que nosotros decidamos qué publicación va a ser vista por según qué grupo o si queremos hacerla pública. No obstante, debemos vigilar a qué contacto metemos en cada grupo, ya que de nada servirá tener muchos grupos si luego vamos añadiendo a todos los contactos en uno solo.
Todo esto tiene una finalidad, y es evitar que miradas indiscretas obtengan información privada que pueda ser utilizada en nuestra contra para, por ejemplo, y en el caso que nos ocupa, entrar a robar en una vivienda que se sabe a ciencia cierta que está vacia porque sus propietarios han indicado que se encuentran de vacaciones. Hace unos años no era raro encontrar webs que indicaban qué viviendas se encontraban vacías y durante cuánto tiempo, o que permitían averiguar el domicilio de una persona a partir de información obtenida de los perfiles de sus usuarios en redes sociales o de fotos subidas a estos.
Estas webs pretendían llamar la atención para evitar que la gente publicase alegremente información privada en Internet, pero no hace falta que existan este tipo de webs, puesto que los ladrones ya se encargan de buscar posibles casas vacías eligiendo a sus víctimas en redes sociales.
Con la publicación de las fotografías también hemos de tener especial cuidado, sobre todo desde que la mayoría de las realizadas desde dispositivos que permiten la geolocalización (móviles, tablets y algunas cámaras, principalmente) pueden aportar información adicional que quizás no es adecuado compartir. Datos como la fecha y el lugar donde se tomó una fotografía pueden poner en riesgo nuestra privacidad si no andamos con cuidado.
El simple hecho de compartir una imagen en Twitter o Facebook de nuestra casa puede desvelar su ubicación y echar por tierra todos los esfuerzos que hayamos realizado para cuidar nuestra privacidad y evitar desvelar nuestro lugar de residencia. Es por ello que se recomienda encarecidamente desactivar la geolocalización a la hora de tomar fotografías y publicarlas en redes sociales.
Si resumimos todo lo que hemos comentado hasta ahora, podremos condensarlo todo en un sencillo consejo: no proporcionemos más información de la necesaria. Esto se aplica a la información que publicamos en Facebook, Twitter, Tuenti, Google Plus o cualquier otra red social y a las fotografías que subamos a Internet. Si seguimos este sencillo consejo podremos disfrutar de unas merecidas vacaciones y además compartir esta experiencia con nuestras amistades en redes sociales sin riesgo.
Fuente: Laboratorio OnLine
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