Los Cinco Pilares del Buen Gobierno Corporativo

 Reunión de la sala de juntas

En medio de una crisis climática y social global, las empresas están cada vez más expuestas a demandas relacionadas con su impacto social y ambiental. Tener un gobierno corporativo sólido se ha convertido en un componente clave para construir el entorno de confianza, transparencia y responsabilidad necesario para avanzar hacia un negocio más sostenible.

La gobernanza es el marco que permite el control y la dirección adecuada de las personas, políticas y procedimientos de una organización para el logro de sus objetivos estratégicos. Es el conjunto de acciones destinadas a que la estrategia empresarial no solo tenga un propósito claro, sino que considere el medio ambiente y actúe en base a una cultura ética fundada en valores y principios. Un buen gobierno corporativo significa que los líderes son conscientes del impacto que la empresa genera en sus grupos de interés, tienen la capacidad de responder a las necesidades de los grupos de interés y están siempre preparados para enfrentar los diversos desafíos que depara el futuro.

Esto se vuelve aún más relevante en un contexto de crisis climática; incertidumbre económica, sanitaria y social; altos niveles de corrupción; y en una sociedad que demanda mayor transparencia, equidad, diversidad y rendición de cuentas. Un gobierno corporativo verdaderamente integral puede ayudar a las empresas a lograr un equilibrio entre el negocio y la reputación, teniendo siempre en cuenta la sostenibilidad y la creación de valor a largo plazo.

Para ayudar a garantizar un buen gobierno corporativo, sugiero centrarse en estos cinco pilares clave:

1. Efectividad de la Junta

El consejo de administración tiene el deber de supervisar la situación financiera, diseñar la estrategia empresarial y velar por la coherencia con los valores y principios éticos definidos. Descubrí que estos objetivos solo pueden materializarse si la junta directiva es efectiva.

Una junta directiva efectiva debe tener una composición sólida, liderazgo responsable, miembros con el conocimiento y las habilidades necesarias para hacer bien su trabajo, y una estructura que no solo promueva la independencia y la diversidad, sino que también cree un ambiente ideal para tomar decisiones informadas. Para lograr todo esto, sin embargo, es crucial que las empresas promuevan el liderazgo de los directorios a través de sistemas de inducción, capacitación y evaluación que permitan detectar ineficiencias y fomentar la mejora continua.


2. Compensaciones y Remuneraciones

Establecer un buen sistema de compensación y remuneración para los miembros del directorio y la alta gerencia puede ayudar a atraer y retener al mejor talento y crear una estructura que incentive adecuadamente su desempeño colectivo e individual.

El mayor desafío es diseñar e implementar mecanismos de compensación que equilibren el desempeño de los ejecutivos y directores con el de la empresa. A menudo se recomienda que los sistemas de compensación incluyan tanto ingresos fijos (mensuales o anuales) como dos tipos de ingresos variables: uno asociado con medidas y/o métricas anuales de desempeño general e individual, y otro asociado con medidas y/o métricas de desempeño a más largo plazo. (generalmente de tres a cinco años). Asimismo, es conveniente establecer mecanismos de compensación variable que desincentiven razonablemente las conductas indebidas.

3. Gestión de Riesgos y Crisis

La gestión de crisis es cada vez más relevante debido a la alta frecuencia y velocidad con la que ocurren las crisis. Las crisis, internas y externas, que las empresas deben enfrentar son diversas, desde el cambio climático, crisis de salud y emergencias bancarias, hasta guerras, ataques cibernéticos, casos de corrupción y más.

Las juntas suelen ser responsables de proteger el gobierno y la viabilidad de la organización, por lo tanto, asegúrese de que la gestión de riesgos sea un tema central en su trabajo. El primer paso es identificar los mayores riesgos para el negocio y luego establecer planes de acción para mitigar sus efectos, como formar un comité de gestión de riesgos a través del cual se establezcan políticas y procedimientos (por ejemplo, planes anuales de auditoría interna, planes de mitigación relacionados con el clima y ciberseguridad). protocolos) pueden ser implementados.

4. Relaciones con las partes interesadas

Toda empresa existe en un entorno dinámico, interactuando con accionistas, empleados, proveedores, comunidades, usuarios, clientes y otros actores, y cada empresa tiene efectos sobre estas personas y sobre los espacios donde actúa. Por esta razón, he encontrado que el éxito de la empresa depende significativamente de las partes interesadas, por lo que los líderes deben esforzarse en identificar quiénes son y fomentar buenas relaciones con ellos. Actuar en sintonía con los grupos de interés de la empresa puede aumentar la confianza en el ecosistema, reducir incertidumbres y problemas y mejorar la toma de decisiones. Para el éxito de esta relación, el directorio y la alta gerencia deben tener un rol activo, revisando periódicamente el mapa de grupos de interés, creando planes de acción con cada uno de ellos y considerándolos en todas las decisiones importantes de la empresa.

He notado que aumentar la participación de los accionistas se ha vuelto más necesario ahora que los inversores requieren una comunicación más fluida con la junta o un mayor acceso a información detallada sobre temas como la gestión del capital humano o el cambio climático. Por otro lado, las comunidades locales muchas veces esperan que sus preocupaciones sean tomadas en cuenta por las empresas que las rodean, como proteger la naturaleza, evitar contaminar el área y cuidar los espacios comunes, entre otras preocupaciones.

No se debe subestimar el impacto que genera una empresa en todos sus grupos de interés y sus consecuencias; una buena gestión de los intereses de las partes interesadas puede fomentar estratégicamente su compromiso y ayudar a las partes interesadas a promover el negocio.

5. Ética y Transparencia

Estos dos factores son vitales para hacer realidad la buena gobernanza. Las normas, políticas y procedimientos pueden ser inútiles si no hay ética y transparencia en cada acción. De hecho, muchas veces son los propios ciudadanos, cansados ​​de la corrupción y los abusos, quienes exigen mayores estándares en esta materia, y las empresas deben estar a la altura. Por lo tanto, los programas de cumplimiento que previenen la corrupción son vitales, pero los líderes también deben priorizar la creación de una cultura de integridad en la organización que desaliente las malas prácticas. Esto puede fortalecer a la empresa, convirtiéndola en una entidad sólida, competitiva y atractiva.

Algunas de las acciones más importantes dirigidas a promover estos valores incluyen el establecimiento de códigos de conducta, políticas antisoborno, canales de denuncia efectivos, regulación de conflictos de interés y sistemas de contratación y promoción de empleados.

Estos cinco pilares son la base de un buen gobierno corporativo y pueden ayudar a las empresas a seguir siendo competitivas en un mundo que cambia rápidamente. Al mismo tiempo, los líderes deben asegurarse de que todas las acciones se miden porque lo que no se mide no se puede mejorar. Establecer métricas permitirá identificar brechas en relación con las mejores prácticas, generar planes de mejora y evaluar el progreso en el tiempo.

Fuente: Forbes

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