Cuando el amor se convierte en una pesadilla: estafas en apps y sitios de citas online

En el día de San Valentín, repasamos algunos datos interesantes para entender la magnitud de esta problemática y compartimos algunos casos de estafas recientes.

La aceptación sin prejuicios de los servicios de citas online, como son las apps de citas o sitios para conocer personas, es un fenómeno que se ha dado a nivel mundial. Según datos de GlobalWebindex, en América Latina y la región Asia-Pacífico, las apps y sitios de citas tienen una aceptación de entre el 45% y el 46%, mientras que en Estados Unidos y Europa la cifra es de entre el 28% y el 29%. Sin embargo, pese a la diferencia que existe en cuanto a la aceptación en las distintas regiones del mundo, en países como Estados Unidos el 30% de los usuarios de Internet de entre 18 y 29 años utiliza una app o sitio web de citas. Además, los pronósticos estiman que para el 2023 el número de usuarios de servicios de citas online a nivel mundial será de más de 328 millones, de los cuales se cree que 48,1 millones serán usuarios de Europa, y 37,5 millones serán nada más que de los Estados Unidos.
En la actualidad, más del 40% de los hombres solteros utilizó en el último mes una app o un sitio para citas, afirma GlobalWebIndex. La realidad es que hoy en día existen decenas de apps de citas disponible. Algunas operan a nivel mundial, mientras que otras solo funcionan en algunos países o simplemente tienen mayor aceptación. Pero sin dudas, dos de las aplicaciones más populares entre la gran oferta que existe son Tinder y Happn, las cuales registran más de 50 millones de usuarios cada una.
Sin embargo, así como el uso de estas aplicaciones o sitios se ha popularizado a nivel global, también tiene un lado oscuro, que es el de las estafas y engaños que se dan a través de estos servicios; un fenómeno cada vez más habitual que se cobra muchas víctimas.

Múltiples modalidades de engaño

Si bien existen distintos tipos de engaños, en la mayoría de los casos los criminales que cometen las estafas estudian los perfiles de sus víctimas y recopilan información personal, como por ejemplo, su actividad laboral, el nivel de ingresos tienen o qué estilo de vida llevan, ya que como hemos mencionado cuando hablamos sobre la sobreexposición en las redes sociales y sus riesgos, la gestión indebida de nuestra información personal en la era digital permite a un criminal construir un perfil bastante detallado de una futura víctima.
Una de las modalidades más comunes es la del estafador que manipula emocionalmente a su víctima para que le envíe dinero, regalos o información personal. Otro tipo de engaño común es la sextorsión, que suele comenzar como una relación normal entre dos personas que se empiezan a conocer hasta que en un momento el estafador intenta llevar la conversación fuera de la plataforma de citas, como puede ser, por ejemplo, a WhatsApp. Aquí, el criminal intentará que la víctima se exponga al envío de fotos o videos íntimos para luego chantajearlo.
El mes pasado, por ejemplo, en Estados Unidos se conoció el caso de un hombre que fue víctima de una estafa de esta naturaleza -narró un modus operandi similar al que se denunció en un caso reportado en Chile en 2018– y que según explicó se desarrolló de la siguiente manera: luego de haber conocido a la persona a través de un sitio de citas online y ganar su confianza, el estafador solicitó el envío de fotos íntimas. Poco después de haberlas enviado, la víctima recibió un mensaje de un hombre que aseguraba ser el padre de una menor de edad y que amenazó con presentar cargos en su contra por el envío de imágenes íntimas a una menor, a menos que le envié dos tarjetas prepagas con USD 300 cada una. La víctima, asustada, se comunicó con la Policía y le dijeron que se trataba de un engaño.
Otro tipo de engaño muy común es el que se conoce como catfhishing, el cual se define como una actividad basada en el engaño en la que un individuo crea un perfil falso en redes sociales, apps o páginas para conocer a terceros. Este engaño puede tener distintos fines, ya sea obtener dinero, comprometer a la víctima de alguna otra manera o simplemente para molestar.

Estafas relacionadas a citas online: un fenómeno global

En Australia, por ejemplo, en 2018 se reportaron 3.981 casos de estafas relacionadas a citas online a través de redes sociales, aplicaciones o sitios web, que representaron pérdidas por más de 24 millones de dólares australianos; y en lo que va de 2019, ya se registraron un mínimo de 349 casos que significaron pérdidas equivalentes a más de un millón de dólares australianos, reveló la Australian Competition and Consumer Commision.
En Reino Unido, la Oficina Nacional de Inteligencia de Fraude reveló en 2017 que cada tres horas se reportaba un caso de fraude relacionado a citas online, mientras que cifras más recientes de Action Fraud revelaron que en todo el 2018 se presentaron más de 4.500 denuncias por fraudes de romances en línea y se estima que el 63% de las víctimas son mujeres, publicó la BBC. En la mayoría de los casos, los estafadores piden a sus víctimas una transferencia de dinero a solo un mes de haberse conocido a través de una aplicación, red social o sitio web para citas.

Casos de distintas partes del mundo que han trascendido en los medios

En los últimos años se han conocido en distintos países casos que han dado mucho de qué hablar y que han servido para arrojar luz sobre una problemática que se cobra muchas víctimas en todo el mundo. Uno de ellos tuvo lugar en España en 2017, cuando se conoció el caso de un estafador que durante 20 años se dedicó a engañar a personas por Internet. El delincuente ingresaba a sitios de citas online para conocer a mujeres y entablar una relación sentimental. Una vez que lograba conocerlas personalmente y establecía una relación de confianza, les robaba dinero de diversas maneras para después de un tiempo desaparecer. Otro caso que también ocurrió en España y que ocupó los titulares de varios medios fue el del apodado “Rey del Tinder”, tras haber sido detenido por la Policía en 2018. Con un modus operandi similar al anterior, este criminal conocía a sus víctimas a través de apps de citas como Tinder o Meetic, y una vez que ganaba su confianza les pedía prestado dinero, siempre poniendo por delante excusas relacionadas a problemas familiares o laborales.
Recientemente, en Canadá se conoció la historia de un joven que gastó los ahorros de toda su vida para cubrir deudas que generó su padre a raíz de una “estafa romántica”. El padre de este joven canadiense era un hombre viudo de 67 años que falleció sin antes haber sido víctima de una estafa realizada por una supuesta mujer que conoció a través del sitio de citas online Match.com. Al poco tiempo de haber establecido una relación amorosa virtual, la mujer, que supuestamente también era de Canadá, comenzó a pedirle ayuda económica para solucionar distintos problemas que la estafadora inventaba. De esta manera, en un período de ocho meses, el hombre realizó a escondidas de su familia un total de 19 transferencias bancarias por más de 730 mil dólares a una cuenta en Malasia. Según explica en un artículo publicado en el portal canadiense cbc.ca, la estafadora -o los responsables del engaño-, entrenó al hombre para que ante cualquier pregunta que le hicieran desde la entidad bancaria sepa qué responder para no levantar sospechas.
Este tipo de modalidad también llegó a Latinoamérica. En 2017 en Argentina los medios hablaban sobre una modalidad delictiva que había llegado al país y que se trataba de una estafa a través de la app Tinder. Luego de escuchar varios casos, explicaron que el mismo modus operandi fue reportado en varios casos: se trataba de un individuo que se contactaba a través de la app y que se presentaba como una persona que buscaba una relación seria, y que vivía a miles de kilómetros de distancia. Enviaba fotos extraídas de Internet diciendo que era él y luego pedía pedido el número de teléfono de la víctima para comunicarse por fuera de la aplicación; hasta que un día, luego de haberse ganado la confianza de la persona engañada, el estafador le explica que envió un paquete con un regalo muy costoso pero que quedó retenido en Malasia y que para que pueda llegar debe pagar 2000 dólares. Por último, le explican los pasos para realizar la transferencia y prometen que cuando se conozcan personalmente le devolverá el dinero.

Cómo protegerse de estos engaños

Los usuarios de apps y sitios de citas online deben tener presente que la posibilidad de caer víctima de un engaño es real y que a cualquiera puede sucederle. Esto último es importante, ya que al aceptar que podemos convertirnos en una víctima estaremos más atentos y seremos capaces de reconocer a tiempo ciertas señales que podrían alertarnos de que algo sospechoso puede estar ocurriendo. A continuación, algunas recomendaciones a tener en cuenta.
  • Si conoces a alguien que luego de uno pocos contactos comienza a expresar sentimientos muy profundos acerca de ti y que solicita continuar chateando por fuera de la app o del sitio, ten cuidado. El hecho de querer salir de la plataforma en la cual se conocieron debería ser suficiente para estar alerta.
  • Sospecha si notas ciertas inconsistencias entre lo que cuenta y lo que se ve en sus perfiles de las redes sociales.
  • Es común que luego de un tiempo (semanas o meses) y tras haber establecido cierta confianza, la persona que conoces te cuente una historia muy bien elaborada que termina con un pedido de dinero, el envío un regalo o algo similar. Recuerda jamás enviar dinero a alguien que no has conocido personalmente.
  • Sospecha de alguien que siempre tienen una excusa para no verse personalmente.
  • Realiza búsquedas en la web de las imágenes que te envía o que usa en su cuenta para corroborar que es quien dice ser. De esta manera podrás corroborar si las fotos son legítimas o si las tomó de Internet. Puedes usar para eso Google Images o TinEye.
  • Nunca compartas con la persona que estás conociendo, sobre todo si no la conoces personalmente, información que pueda comprometerte, como pueden ser fotos o videos.
  • Si decides encontrarte con alguien que has conocido online, nunca está demás avisarle a alguien para que esté al tanto.

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